Pues bien, comenzaré por contar la historia de mi amado Renault 4 TL del 86.
Corría el año 86, y mi padre con 22 años (carai, la que yo tengo ahora mismo) quería un coche para poder buscar un trabajo, ir de fiesta etc, ya que donde vivía, el transporte público más cercano estaba a unos cuantos kilómetros y no era diario.
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*Renault 4 TL
*Renault 5 gtl (SI!! TODAVÍA HABÍA UNIDADES EN STOCK)
*Renault supercinco
El supercinco lo desechó porque estaba siendo cuestionada su fiabilidad, el R5 gtl le gustaba, pero finalmente se decidió por el Renault 4, ya que tenía una mayor altura libre al suelo, ideal para la zona de montaña donde vivía, en la que el asfalto no era muy conocido.
Una vez elegido el coche, tocaba el color, y esa fue una decisión "fácil": BLANCO, que es el que menos se mancha.
Tras esperar unos días, finalmente le entregaron su flamante Renault 4 en mayo del año 1986, y aunque en ese año ya no llevaban la famosa pegatina "La belleza está en su mecánica", eso seguía siendo cierto, porque era bastante espartano.
Al poco tiempo, se llevó el coche a Ponferrada, donde le pusieron unas alfombras de goma a medida, remachadas al suelo, y unos reposa cabezas delanteros, para ganar un plus en seguridad y comodidad, junto a unas fundas de asiento, de una tela marrón-amarillento, que siempre me encantaron.
Luego, se llevó a un taller en Becerreá, en el que se le instaló un radiocasete en el lado del copiloto con dos minúsculos altavoces bajo el salpicadero.
Ese sería el equipamiento "de lujo" que llevaría durante más de 20 años.
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Junto al coche, crecí, viajé y disfrutaba yendo por caminos rotos con mi padre, de caza, por la nieve... que bonitos recuerdos.
En el 94 aproximadamente, el coche ya comenzaba a tener sus primeros achaques de chapa. La montaña, y el sal en las carreteras habían hecho mella, y salían los primeros oxidos en el suelo. Mi padre decidió llevarlo reparar y pintar completamente, por lo que se puede decir que se le hizo una restauración de chapa, completa.
Mientras nos lo reparaban, nos dejaron un Renault 6, que no me gustaba nada de nada, pero carai! tenía elevalunas!!
Recuerdo el día que fuimos en el r6 a buscar el Renault 4, yo soñaba que la reparación que le estaban haciendo le haría un bólido (si, Carlos Sainz y el mundo de los rallies, ya había entrado en mis venas y tenía solo unos 6 años)
Realmente había quedado muy bonito, pero el precio de la reparación fue absolutamente desorbitado (si mal no recuerda mi padre, 300.000 pesetas de la época).
Los años siguieron pasando, ya había llegado al mundo mi hermano, y el r4 siguió viviendo aventuras con nosotros.
Una que recuerdo, y no por ser bonita, fueron los Terremotos que sufrió la zona de Os Ancares. El miedo hizo que durmiéramos en el coche, mis padres en los asientos delanteros, yo en el trasero, y mi hermano, ¡en la bandeja del maletero!
Los años siguieron pasando, y el Renault 4 se nos quedaba pequeño, y aquí, es cuando compramos el Patrol.
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